El coste de la energía nos hace que cada vez nos centremos más en reducir su consumo y evitar su desperdició, por tanto, la necesaria ventilación de las estancias nos obliga a buscar la forma de no “ tirar” la energía que se empleó en acondicionar el aire que ahora estamos expulsando al exterior mediante la simple acción de abrir una puerta o una ventana.
El desperdicio de energía se produce en cualquier estación, ya que en verano si disponemos de equipos de refrigeración, hemos consumido energía para enfriar el aire y lo que nos está entrando es caliente, teniendo que volver a enfriarlo; y en invierno sucede lo contrario, echamos al exterior aire caliente y nos entra aire frío que tendremos que volver a calentar.
¿ Cómo podemos dejar de perder esa energía?
En primer lugar, la respuesta más obvia, es la relacionada con el tiempo que permanecen las ventanas abiertas, deberíamos ventilar lo justo y necesario; en segundo lugar, sería recuperando parte de esa energía mediante sistemas de recuperación de calor.
Por lo tanto, los recuperadores de calor son sistemas de ventilación que cumplen diferentes funciones como pueden ser: renovación y filtrado de aire de un espacio, climatización del mismo y ahorro energético mediante este proceso.
Funcionamiento del recuperador del calor
En primer lugar, el funcionamiento de los recuperadores de calor parte del hecho que existe una diferencia de temperatura entre dos elementos, según las leyes de la termodinámica si ponemos en contacto dos elementos a distinta temperatura el calor fluye del más caliente al más frío hasta que se igualan dichas temperaturas ( si los dejamos el tiempo suficiente).
De esta forma, el recuperador de calor recoge el aire del exterior mediante un ventilador de impulsión, atraviesa un filtro para eliminar cualquier impureza y se dirige al intercambiador. A la vez, un ventilador extractor recoge el aire de la estancia para llevarlo al intercambiador.
Tipos de recuperadores de calor
-Según su función:
1.-Recuperador de calor térmico: únicamente recuperan el calor sensible, es decir, la temperatura. Tiene un rendimiento de hasta el 70%.
2.-Recuperador de calor entálpico: recupera el calor sensible y el latente, es decir, temperatura y humedad. De esta forma permite quitar la humedad del aire renovado en verano y proporcionar humedad en invierno.
Los recuperadores de calor entálpicos se suelen usar en oficinas, locales y áreas recreativas. No se recomienda su uso en edificios de tipo sanitario ya que el transporte de humedad puede ser portador de bacterias.
-Según su intercambiador:
1.-Intercambiador de flujo cruzado:
Un recuperador de calor con un intercambiador de flujo cruzado tiene una eficiencia del 50%-70% ya que el aire sigue un flujo ortogonal y el tiempo de intercambio de calor es corto.

2.-Intercambiador de flujo paralelo:
Cuando el flujo es en paralelo la eficiencia aumenta a un 90%. Esto se debe a que el tiempo de intercambio de calor es mayor.

3.-Intercambiador rotativo:
La mitad del rotor se encuentra en el retorno de aire y la otra mitad en el de impulsión. Gracias a la rotación de la rueda se produce una transferencia de calor cuya eficiencia es del 70-85%.
Los intercambiadores rotativos pueden ser térmicos (transferir solo calor) o entálpicos (calor y humedad) dependiendo del material utilizado. Un intercambiador entálpico se consigue fabricando el rotor con una superficie higroscópica, de forma que absorbe el vapor de agua.

-Según su instalación
1.-Recuperador de calor centralizado:
Un único recuperador de calor trata el aire de varías estancias mediante conductos interconectados. La ventaja de este sistema es que con un único aparato climatizas varias zonas.
2.-Recuperador de calor descentralizado:
Este coge el aire directamente desde el exterior y se utiliza en la estancia en la que está ubicado. Esto aumenta su eficiencia energética y elimina la necesidad de realizar la limpieza anual de los conductos.
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